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'Prefiero que me odien por lo que soy a que me amen por lo que nunca seré' Kurt Cobain

jueves, 16 de febrero de 2012

Definitivamente, somos tontos


Transporte público. Educación pública. Paraíso público. Parece que, con semejantes regalos, con semejantes oportunidades, la sociedad actual debería ser la más solidaria, la mejor preparada y la paz debería reinar en nuestras calles y parques. PUES NO.

No voy a entrar a la eterna discusión de que lo público no es GRATIS. Hoy voy más allá. Ya os he puesto en contexto teórico, en el paraíso de las oportunidades; el "sólo necesita adaptarse", ¡paguemos su adaptación! Ahora vayamos a su expresión práctica, básica, coloquial y, por desgracia, diaria.

Esta tarde, he terminado en un autobús a la hora a la que los jóvenes entran a sus colegios e institutos. No es de extrañar que utilicen un transporte público que, para ciertos sectores sociales, sí les sale gratis. Centrémonos en el grupo. Para salvarme de críticas progres sobre xenofobia, os anticipo que había de todo; hoy en día ya sean sudamericanos, marroquís o vitorianos de toda la vida, la chavalería tiene esa jodida costumbre de tomar como suyas costumbres muy americanas, de barrios bajos, para ser exactos. La ropa, los modos, incluso la música a todo trapo en sus móviles de 300 euros (aprovecho para recordar lo del transporte gratis). Lo que muchos de ellos no saben cuando adoptan esos signos que consideran "rebeldes", es que aquellos que los generaron han terminado, en su mayoría, o muertos o matando, o drogados o vendiendo droga. Y cada vez empiezan antes a volverse gilipollas.

Lo público. Macarras. Autobús. Creo que ya os tengo. Suben, con su música a todo trapo, el conductor les pide que se pongan cascos o la quiten, craso error. Se les dan muchas oportunidades, muchos caprichos, pero nadie se acuerda de ponerles límites. Cuando uno debe hacerlo, se encuentra con niños de 12 años que amenazan con romperle los dientes, como suena.

Si bien podrían haber centrado su "rebeldía" en el conductor, cosa que han hecho no quitando la música, insultándole y riéndose de él todo el viaje; han continuado faltando al respeto a una pobre señora a la que molestaban. Entre risotadas y desprecios, "vieja" le espetaban, alguien debería imponerse y decir a esa panda de impresentables que el transporte del que disfrutan lo ha pagado esa "vieja", que esa escuela que trata de enseñarles como sobrevivir y ellos desprecian también lo ha pagado esa "vieja". Y, no olvidemos, la falta de límites y respeto que les caracteriza también lo ha tenido que pagar la pobre "vieja".

Pensaréis que el problema es que esos chicos son malos, que hay que encerrarlos; nada más lejos. El problema es que somos TONTOS. Nos hemos dejado embelesar por esa ideología de dar todo lo que tenemos y no pedir ninguna responsabilidad porque somos TONTOS. Mientras sigamos pensando que poner límites y ser estrictos es cosa de retrógrados fascistas, seguiremos siendo TONTOS.

Desde pequeñito me han enseñado que, cuando recibes algo preciado, tu obligación es cuidarlo y aprender a dar tú a los demás algo preciado. Hasta el día en el que los ciudadanos no empecemos a ser responsables de lo que hacemos y lo que decimos, seguiremos pagando el pato por los que tienen más jeta que nosotros. Ah, y seremos más TONTOS aún.

Hoy he sentido vergüenza. No porque haya niñatos maleducados. No porque el conductor y la pobre señora hayan pasado un mal rato. He sentido vergüenza porque esa gente que se ha pasado de la raya, se va a seguir yendo de rositas. Y si no queremos que se conviertan en personas MALAS que piensen que hacer el mal no tiene consecuencias, por favor, dejemos de ser TONTOS.

Sigamos regalando todo, hasta que hagan con lo que nosotros lo que les de la gana, hasta que alguien se levante de su asiento, y les cruce la cara. Luego sólo hay que decir que esa persona es violenta y vive en el pasado; pues yo diré que es una persona HARTA de ser un TONTO más.

5 comentarios:

  1. Podría decir muchas cosas, pero al final diría lo mismo que tú. Que este problema sólo tiene una solución, y es ésa, hacer que la sociedad en su conjunto tenga unos límites más claros, que desaparezca esa sensación de impunidad por un lado e impotencia por otro. Ese cambio ha de darse en el origen del orden social, como puede ser un esperado endurecimiento del código penal.

    Pero no sólo eso. Que de 4 jóvenes que no se porten como deben 1 sea un gamberro graciosillo y los otros sean directamente indeseables violentos o hasta delincuentes implica una mentalidad. Mientras la gente prefiera que desde el parlamento le digan mentiras bonitas a la verdad, se seguirá abordando la sociedad desde ese adulterado cristal y seguiremos igual.

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  2. Pa que decir nada si esta todo dicho...la sociedad solo se sustenta desde el respeto y el aprecio,amen del reparto equitativo de servicios y cargas economicas.Sólo cuando el respeto impere y se recupere la solidaridad como valor esencial,junto con el reconocimiento del esfuerzo,etc se podrá decir que vivimos en una sociedad completa.

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  3. Hay gente que no va a desarrollar solidaridad nunca, pero mientras sea capaz de no ser destructiva iremos bien. Unos serán constructivos, pero la sociedad mejoraría mucho sólo con que se controlaran las conductas destructivas.

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  4. Desgraciadamente, tendrá que producirse otra guerra mundial y llegar las lamentaciones y el dolor para que las personas aprendamos a ser humildes de nuevo.

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  5. Cuando la gente se acostumbra a recibir todo tipo de cosas a cambio de nada se convierten en irresponsables y desagradecidos, engrosan la infame lista de los que piden muchos derechos sin obligaciones.

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