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'Prefiero que me odien por lo que soy a que me amen por lo que nunca seré' Kurt Cobain

miércoles, 27 de octubre de 2010

Bolonios, bolonias y boloñesas...




Bolonia, bella ciudad, pero no conocida especialmente por poseer el segundo casco antiguo medieval más grande de Europa; criticada en pancartas, manifestaciones y declaraciones de todo tipo, la pobre ciudad italiana es culpable de servir como inicio de la primera reunión que, con el tiempo, desembocó en la generación del Espacio Europeo de Educación Superior que hoy conocemos sencilla y llanamente como "Plan Bolonia".

El famoso plan no fue más que un pretexto para terminar con los problemas que traían consigo las cualificaciones de estudios superiores provenientes de países de la UE. Básicamente, además de la circulación libre de personas, la moneda única y demás parafernalia introducida en los estatutos de la Unión Europea , trataba de igualar las titulaciones generando un sistema de grados que (controversia a parte) tenía el único objetivo de asegurar que los métodos utilizados en la Universidad del País Vasco y en la Universidad de Berlín, para el grado de enfermería suponían la misma cualificación a raíz de una enseñanza pactada e igual en cualquiera de los países miembros.

Los defensores de la enseñanza a base del manejo, del ensayo y error, y no sólo del estudio, aplaudieron la iniciativa y el nuevo sistema de créditos ETS. Algunos escépticos adelantaron el fracaso, argumentando que un plan novedoso, con unos medios y un cuerpo docente tradicional ,era incompatible.

Con el paso del tiempo se ha comprobado cómo uno podía pasarse el cuatrimestre jugando al mus, asistir única y exclusivamente al examen, y sacar una asignatura; a ver castigada la nota (quizá en unas décimas) por caer enfermo. Del: la universidad no exige una asistencia obligatoria, a: son obligatorias el 100% de las horas. Parece ser que los pensadores que elaboraron el plan no comprendían el significado de una palabra que marca el éxito o fracaso de cualquier cambio: "progresividad".

Las obligaciones nunca han resultado buenas herramientas de cambio, y menos en un lugar como la universidad, me gustaría citar un caso que particularmente a mí me parece que resume en qué se basa el error de todo educador. Lo nombra A. Pérez Reverte en uno de sus artículos: Corsés góticos y cascos de walkiria. Sin entrar a lo interesante que resulta el análisis de la sociedad por parte de Reverte, citaría un fragmento que posee el significado de lo que trato de transmitir con mis palabras:
"Ahora sé –lamento no haberlo sabido antes– que la música metal es también un mundo rico y fascinante, camino inesperado por el que muchos jóvenes españoles se arriman hoy a la cultura que tanto imbécil oficial les niega. El grupo riojano Tierra santa es un ejemplo obvio: su balada sobre el poema La canción del Pirata consiguió lo que treinta años de reformas presuntamente educativas no han conseguido en este país de ministros basura. Que, en sus conciertos, miles de jóvenes reciten a voz en grito a Espronceda, sin saltarse una coma."

Disfrutar de la cultura, genera personas cultas; disfrutar del colegio, genera buenos estudiantes; disfrutar de la sabiduría, genera sabios. Opino que, en vez de imponer a jóvenes de menos de 12 privameras tareas abrumadoras para "agrandar" su intelecto, tratemos todos de estimular su sed de conocimiento por otras vías que no sean la obligación ni el castigo. A los políticos y dirigentes únicamente me queda decirles que, en vez de tanto Plan fantástico, trataran de terminar con ejemplos tan destructivos y tan nocivos para la sociedad (y la juventud especialmente) como son todos aquellos ensalzados en los programas de telebasura.

Una jovenzuela que tenga como referencia a una vividora no leerá a Platón, ni a Lynn Margulis, soñará con un turbio romance que le asegure primera plana en la prensa rosa. Pensemos el por qué un programa de Punset no llega a la suela del zapato de un Sálvame, hablando en términos de audiencia, claro está. Si en vez de LOE, LOGSE, BOLONIA, apareciera la gran idea de limpiar de mierda (disculpad por el término) las mentes de los ciudadanos, no haría falta pensar si uno está o no está cualificado, si sabemos que su ejemplo (y por tanto, su objetivo) es la sabiduría y no la buena vida.


Para empezar con vuestra dosis de sabiduría, comentad y discutid sin tapujos, para eso escribe un servidor, no temais en equivocaros pues, quién hoy falla, ¡mañana acertará!

Saludos!!!

martes, 26 de octubre de 2010

La Red Social (2010)


Basada en hechos reales, uno no puede utilizar su facebook sin preguntarse ¿de dónde ha salido todo esto?. "No haces 500 millones de amigos sin ganarte algunos enemigos"
Añadamos algo más a la ya bastante explícita presentación de la película:

Año: 2010
Título: The social network
País: USA
Género: Drama
Duración: 122 minutos.
Director: David Fincher
Intérpretes:Jesse Eisenberg (Mark Zuckerberg), Andrew Garfield (Eduardo Saverin), Justin Timberlake (Sean Parker), Armie Hammer (Cameron Winklevoss/Tyler Winklevoss), Max Minghella (Divya Narendra), Rooney Mara (Erica), Rashida Jones (Marylin Delpy).

Se dice de la película que el propio Mark Zuckerberg asistió a su proyección y salió con la misma cara de indiferencia con la que entró. Alejándose del muy utilizado tópico de multimillonario extravagante y aventurero, el creador de Facebook parece no mostrarse muy desconforme con su imagen en el filme; los que sí parecen salir muy satisfechos son los reales hermanos Winklevoss, los cuales fueron, al parecer estafados por Zuckerberg en realidad y ficción.

En cuanto a la película, sin estar dotado de grandes conocimientos informáticos es posible seguir la consecución de acontecimientos, sin embargo, conocimientos de programación aumentan la admiración hacia el ingenioso multimillonario. Por si fuera poco, el director no se ha molestado en esconder todas las peripecias y engaños que han llevado al creador de facebook a ser el personaje más joven de la revista Forbes, con una fortuna valorada en más de 4.000 millones de dólares.

Dos horas de película que exigen una atención especial, debida a los constantes flashes que viajan al pasado para aclarar el cómo, cuándo y por qué el éxito de Facebook y, por tanto, de su creador.

Francamente, merece la pena acudir al cine a conocer la historia del peculiar Mark Zuckerberg, un servidor acudió escéptico a la sala de cine, y salió encantado. Recomendada para aquellos que tienen cuenta en Facebook y,¿ por qué no?, para los que no disponen de ella también.

Saludos!!!

martes, 12 de octubre de 2010

Ratas.


Harto de euskaldunes que no hablan euskara, harto de ecologistas que van en coche a sus reuniones, harto de sindicalistas (defensores del trabajador) que no trabajan!!!

Basta ya de demagogia. Basta de "trabajadores" a los que nunca se les ha visto trabajar, que siempre tienen tiempo para luchar por sus derechos. Señoras, señores, para luchar por los derechos de uno como trabajador, primero hay que trabajar. No a la energía nuclear, sí a encender la luz al llegar a casa; no a la estación de autobuses, sí a un transporte cómodo y barato; no a un hospital mejor equipado, sí a una mejor sanidad...¿Dónde está su lógica?

En tiempos de crisis las personas pierden la careta: los que viven bien y presumen de ello; los que viven mal y siguen luchando; y los que viven como reyes, y se manifiestan junto a los proletarios. Marx hablaba del opio del pueblo, en el siglo XIX una religión que exigía la sumisión en vida, prometiendo la gloria en muerte; el opio del siglo XXI son los vividores (¡¡¡muchos de ellos autoproclamados MARXISTAS!!!), los que engañan a todos con sus doctrinas políticamente correctas, con su demagogia... Sueldos repletos de ceros y marcha comunista no son muy compatibles.Por respeto a los que realmente viven la vida con honestidad...

BASTA YA DE HIPOCRESÍA!!

Son distinguibles dos causantes de la enfermedad, los que motivan y permiten una sociedad SUCIA y las ratas que proliferan entre la basura, con falsas promesas de igualdad y de lucha, enriqueciéndose gracias a su hipocresía...y a la ignorancia de un pueblo que sigue creyendo en la bondad de las personas...

Joven, ciudadano y persona avergonzada de los tiempos que corren.